En realidad, ninguna familia se encuentra preparada para afrontar una situación de discapacidad, es decir, no tiene los suficientes conocimientos para lo que tiene que enfrentar...” (NuñezGarcía , 2015 Paakat)
Cuidadores y familiares de pacientes que se encuentren en condición de electrodependientes y con internación domiciliaria.
La irrupción imprevista, inesperada, o la situación crónica de una persona con ELECTRODEPENDENCIA, provoca inexorablemente alteraciones en la dinámica funcional familiar, impactando en primera instancia a nivel emocional, en cada uno de sus miembros convivientes, y afectando negativamente la calidad de vida del paciente- ED.
La discapacidad dentro del seno familiar va a obligar a toda la familia a cambiar sus ritmos, sus itinerarios previstos, sus expectativas, sus desafíos, sus logros, sus ilusiones. De igual forma, cambia la rutina familiar, pues desde ese momento se agrega una continua y extenuante relación con diferentes médicos, especialistas, terapeutas…
El camino que enfrenta una familia con un miembro con discapacidad no es fácil, sino que la mayoría de las veces puede estar lleno de sinsabores, desesperanza, dolor e incertidumbre, impotencia, frustración, inseguridad, miedo, desorientación, conductas de paralización y aislamiento social.
Para la OMS, las personas que forman parte de una familia en donde alguno de sus integrantes padece alguna discapacidad, son más vulnerables a situaciones de estrés, a cambios continuos en los roles dentro y fuera de la familia, a una mayor exigencia de tiempo, crisis en la pareja, ruptura de lazos matrimoniales, abandonos, agresiones físicas y psicológicas, dificultades económicas.
“Se puede modificar el ambiente… para mejorar las condiciones de salud. Tales cambios pueden ser el resultado de la promulgación de leyes, modificación en las políticas…” (OMS, 2011. Ginebra)
El presente proyecto, no sólo toma en cuenta las problemáticas inherentes a las personas en condición de electrodependencia (ED), sino también y fundamentalmente hace hincapié en la salud integral Y CALIDAD DE VIDA de todos los miembros de su familia.
La población de personas electrodependientes (ED), es un universo dinámico, de alta rotación, nunca es fijo, y su variabilidad se observa en la cantidad, en la autoconciencia de esta condición, y en los distintos niveles de criticidad de cada uno de los casos.
Con esto nos referimos a que el número total de pacientes electrodependientes varía constantemente ya que:
* nacen bebés con esta condición, por patologías congénitas o por complicaciones puerperales, (y sus familiares no tienen conocimiento de que los beneficios que otorga la ley de ED)
*muchos bebés y niños/as la adquieren a posteriori de alguna patología neurológica/cardíaca/respiratoria/digestiva de base, (y si bien tiene información alguna sobre sus derechos, no se hayan inscriptos correctamente al RECs.(Registro de electrodependientes por Cuestiones de Salud)
*algunos por falta de controles periódicos al médico, o por no estar referenciados en ningún efector de salud, no saben que deberían estar siendo atendidos como pacientes electrodependientes, (ignorando plenamente los derechos adquiridos y las leyes que los amparan)
*otros adquieren tardíamente la electrodependencia como consecuencia de accidentes o enfermedades graves.
Lo común observado cotidianamente en familias de nuestra fundación y (por propia experiencia), es que los cuidadores al enfrentarse con la adversidad situacional de un familiar en condiciones de ed, no cuentan con los recursos teóricos, prácticos y emocionales suficientes y necesarios para afrontar de la mejor forma posible esta circunstancia, trayéndoles perjuicios no sólo a nivel individual, sino a nivel familiar.
Es por ello que desde nuestra Fundación, ofrecemos asistencia y orientación a estas familias en las distintas dimensiones de sus demandas, acompañándolos en la incorporación de nuevos saberes oportunos y en la formación de su expertise en una sala de entrenamiento organizada para estos fines.
Financiamiento: FUNDACIÓN EMPERADOR
Presupuesto: sin cuantificar
“Cierro los ojos y revivo el mismo pensamiento que inundaba mi cabeza cada vez que una autoridad o funcionario me preguntaba “dígame… ¿Qué necesita su hijo?”. En ese instante llegaba la respuesta. Lo que mi hijo necesita también lo necesitan los hijos de muchos otros. Hoy esa idea se convirtió en la matriz sagrada, en la estructura para comenzar (y terminar) todas las acciones que emprendemos. Pensando colectivamente y sumando voluntades, multiplicamos los resultados y hacemos del trabajo grupal un verdadero placer”.
“Sentí que tenía que hacer algo, que no me podía quedar de brazos cruzados, que había que estar a la altura de las circunstancias. En contextos de hostilidad el hombre en la evolución sobrevivió gracias a la capacidad de desarrollar lazos cooperativos y solidarios. Si estamos juntos en la dificultad, tenemos más posibilidades de obtener lo que necesitamos, de sentirnos acompañados en el camino y de fortalecer los lazos empáticos que favorecen el devenir de una sociedad más justa e integrada”.