FINANCIAMIENTO: se solicitará financiación al estado provincial, municipal y a empresas privadas
PRESUPUESTO: no cuantificado
Si bien no se presentó formalmente este presente proyecto, nuestra Fundación pudo FACILITAR los recursos económicos a varias familias de nuestra fundación para realizar mejoras en patios, y accesos a la vivienda. Además logró intermediar en la gestión con el Servicio Público de la Vivienda de la ciudad de Rosario, en las mejoras edilicias de varios hogares de familias electrodependientes.
Mejorar las condiciones de habitabilidad de las viviendas de las personas con electrodependencia ( ED) garantizando la satisfacción de las distintas necesidades habitacionales, adaptando los hogares oportunamente a las demandas específicas de las personas con ED.
La Ley 27.351, en su artículo 1, denomina “electrodependientes por cuestiones de salud a aquellas personas que requieran de un suministro eléctrico constante y en niveles de tensión adecuados para poder alimentar el equipamiento médico prescrito por un médico matriculado y que resulte necesario para evitar riesgos en su vida o su salud.”
La mayoría se encuentran con internación domiciliaria.
Nuestro trabajo empírico cotidiano, con las personas electrodependientes (ED), nos muestra la gravedad situacional y habitacional en las que se encuentran muchas familias electrodependientes.
La indefensión de estas personas están signadas por sus vulnerabilidades acumuladas en sus múltiples dimensiones; ( patologías crónicas, enfermedades evolutivas y no evolutivas, condiciones insalubres de hábitat, condiciones inadecuadas de las estructuras edilicias, paredes y techos con hongos y humedad, pisos sin carpeta, sin conexiones de seguridad en el tendido eléctrico dentro y fuera del hogar, aislamiento social, pobreza, hacinamiento, falta de higiene, sin servicios de agua potable y gas natural, contaminación ambiental, falta de insumos, falta de servicios básicos y de higiene comunitaria…)
Estas condiciones de inhabitabilidad deben ser resueltas con urgencia. Estos/as pacientes necesitan habitar espacios en condiciones de salubridad. Los requerimientos en bioseguridad que exigen son los mismos que los de una terapia intensiva. Ninguna terapia intensiva, se concibe con humedad, polvillo, y falta de higiene.
A lo ante expuesto, debemos además considerar las dificultades económicas en la que se encuentran hoy en día las familias con pacientes ED, un gran porcentaje de las mismas, no poseen trabajo formal, ni ingresos suficientes para solventar no solo los gastos aparejados a la condición de salud, sino que tampoco pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Todo esto repercutiendo obviamente en desmedro de la calidad de vida del paciente con ED.
Reflexionemos: Si se les dificulta considerablemente comprar el alimento diario, lograr juntar dinero para la refacción, mantenimiento o adaptación del inmueble resulta sencillamente una utopía.
Estas variables contextuales en las que se encuentran sumergidas muchas de las familias de SD, y la dificultad de las mismas para superar y modificar esa realidad adversa por sí solas, (sin auxilio del Estado, o de las Organizaciones de la Sociedad Civil), resulta francamente imposible.
Las familias ED, deben obtener la calidad de vida que por derecho le corresponden. Esto constituye el motor que nos impulsa para vehiculizar la materialización de este proyecto.
La realidad situacional de estos pacientes con S.D, es extremadamente delicada, por lo cual merecen ser priorizadas y ponderadas de manera URGENTE, ya que revisten un ALTO RIESGO DE VIDA.
Frente a la premura de la dramática situación descripta anteriormente; es que decidimos entonces poner en marcha con perentoriedad este proyecto.
Deseamos que todas las personas que lean este proyecto se sientan sensibilizadas y nos acompañen con la firme decisión de materializar esta idea. Proyecto “Casa Digna”, simplemente se orienta en otorgarles calidad y dignidad de vida a estas personas, que se encuentran internadas en sus propios hogares.
Este proyecto, focalizado en las necesidades impostergables de las familias electrodependientes, intenta visibilizar y dar respuestas a la problemática más acuciante, que es la falta de vivienda digna en esta población extremadamente vulnerable.
El Derecho a la vivienda aparece recogido en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
El artículo 11 del Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales, expresa: “Toda persona tiene el derecho a un nivel de vida adecuado para sí misma y para su familia, incluyendo alimentación, vestido y vivienda adecuadas y una mejora continuada de las condiciones de existencia, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”
De conformidad con el párrafo 1 del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Comité Derechos Sociales Naciones Unidas reconoce de este modo, el derecho humano a una vivienda adecuada, cobrando una importancia fundamental para el disfrute de todos los derechos económicos, sociales y culturales.
La Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad. Anexo I. En el Preámbulo expresa textual:
“ t) Destacando el hecho de que la mayoría de las personas con discapacidad viven en condiciones de pobreza y reconociendo, a este respecto, la necesidad fundamental de mitigar los efectos negativos de la pobreza en las personas con discapacidad,”
En el Artículo 25, 28, habla del derecho a la calidad de vida en relación a la salud.
Solicitamos:
Por todo lo ante expuesto, para alcanzar las metas concretas en materia de derechos humanos en esta población específica de personas con discapacidad y electrodependientes, es que deben ser satisfechas sus necesidades básicas.
Autores del proyecto: Fundadores de Fundación Emperador
“Cierro los ojos y revivo el mismo pensamiento que inundaba mi cabeza cada vez que una autoridad o funcionario me preguntaba “dígame… ¿Qué necesita su hijo?”. En ese instante llegaba la respuesta. Lo que mi hijo necesita también lo necesitan los hijos de muchos otros. Hoy esa idea se convirtió en la matriz sagrada, en la estructura para comenzar (y terminar) todas las acciones que emprendemos. Pensando colectivamente y sumando voluntades, multiplicamos los resultados y hacemos del trabajo grupal un verdadero placer”.
“Sentí que tenía que hacer algo, que no me podía quedar de brazos cruzados, que había que estar a la altura de las circunstancias. En contextos de hostilidad el hombre en la evolución sobrevivió gracias a la capacidad de desarrollar lazos cooperativos y solidarios. Si estamos juntos en la dificultad, tenemos más posibilidades de obtener lo que necesitamos, de sentirnos acompañados en el camino y de fortalecer los lazos empáticos que favorecen el devenir de una sociedad más justa e integrada”.